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miércoles, 1 de agosto de 2012

ONANISMO....saber mas de la masturbacion

Origen de la palabra

A pesar de utilizarse como sinónimo de masturbacion, el término "onanismo" no significaba en su origen lo mismo que masturbación. La palabra hacía alusión al coito interrumpido, actividad sexual que habría practicado el personaje bíblico Onán con la viuda de su hermano.
El patriarca Judá tuvo tres hijos: Er, Onán y Selá. A su debido tiempo, casó al malvado Er con una cananea llamada Tamar, pero el dios Yahveh, avisado de la maldad de Er, lo hizo morir. Entonces Judá le pidió a Onán que se casara con su cuñada y procurara descendencia a su hermano muerto —un favor que después Moisés haría obligatorio con la Ley del levirato—. No obstante, Onán sabía que aquella descendencia nunca sería suya y por ello «trillaba dentro pero sembraba fuera»; es decir, aunque tenía relaciones sexuales con Tamar a menudo, practicaba el coitus interruptus, literalmente 'coito interrumpido', eyaculando fuera de la vagina de su cuñada. De esta manera, evitaba tener que mantener hijos que no llevarían su propio apellido e impedía que la herencia de su padre se repartiera. Por este pecado Dios hizo que la Tierra se lo tragara.
Para lograr una descendencia propia, Tamar hizo que el patriarca Judá tuviera relaciones sexuales con ella disfrazándose de prostituta sagrada, llamadas q'desháh en contraposición a las prostitutas laicas.
Con el paso de los años, el significado ha ido variando y hoy en día es sinónimo de masturbación.

Tecnicas

Existen variantes en la masturbación. La mayoría de los hombres se masturban agarrando el pene con la mano, moviéndola de arriba hacia abajo o de atrás hacia adelante, según la postura del individuo. Otros no utilizan toda la mano sino que agarran la zona del frenillo entre los dedos índice y medio, y el pulgar por el otro lado. Otra técnica es emplear las dos manos en el pene. Otros sólo frotan su pene con una mano y con la otra se estimulan los testículos o pezones, entre otras partes del cuerpo.


Los hombres no circuncidados, no suelen necesitar el uso de lubricantes, porque el prepucio ya mitiga los efectos del roce directo por sí solo, aunque los hay que los emplean para añadir sensaciones a su actividad. El uso de lubricantes es más frecuente entre los hombres que tienen su pene circuncidado, con el fin de facilitar el deslizamiento de la mano sobre el glande.
Existen artilugios eléctricos y mecánicos para que los hombres se masturben: muñecas inflables, vaginas artificiales, bombas de vacío, etc. También pueden utilizar vibradores, concentrando su actividad sobre el frenillo.


La masturbación a lo largo de la historia

La medicina moderna reconoce que la masturbación no produce daños significativos a corto o largo plazo, y la considera una práctica normal, incluso antiestresante.
A lo largo de la historia, sin embargo, siempre hubo voces que afirmaron que la masturbación era un acto inmoral. La base de tal criterio residiría, según esas voces, en que la masturbación impediría que la especie humana se mantuviera viva sobre el planeta por la emisión improductiva de semen en el caso de la masculina


No fue hasta el siglo XVIII que al supuesto "daño moral" que ocasionaría la masturbación se añadió el "daño físico": comenzó a decirse que la masturbación, además de condenar las almas, ocasionaba un sinnúmero de enfermedades. Se idearon muchos métodos para descubrir a los niños y niñas masturbadores,y se crearon numerosos remedios contra la masturbación. Algunos de ellos incluían: circuncisión sin anestesia, guantes ásperos, aparatos especiales que impedían acceder a los genitales, descargas eléctricas, tratar los genitales con ortigas, o extirparlos quirúrgicamente.

Afirmaciones populares acerca de la masturbación

Los hombres se masturban más
Suele afirmarse que los hombres se masturban con una frecuencia semanal, que es el doble de veces la de las mujeres. Pero existen investigaciones que demuestran que los hombres mienten sistemáticamente en las encuestas sexuales exagerando la frecuencia con la que acuden al autoerotismo, mientras que las mujeres mienten en sentido contrario, minimizando la frecuencia (es típica la respuesta femenina de hacerlo una vez al mes). Si corregimos las afirmaciones de unos y otros, como han realizado algunas investigaciones serias, los datos tienden a converger: así, hombres y mujeres se masturban con una frecuencia similar.


 Las personas dejan de masturbarse cuando inician relaciones sexuales

Según los estudios citados en la obra, los hombres y las mujeres continúan masturbándose después de establecer relaciones de pareja. Incluso aunque tales relaciones sean satisfactorias, el 75% de los varones y el 75% al 91% de las señoras emparejados continúan haciéndolo.
Se ha observado que mientras la frecuencia con la que los hombres emparejados acuden a la masturbación disminuye desde el momento que comienzan a tener relaciones sexuales y sigue descendiendo con el paso del tiempo, en las mujeres la frecuencia se mantiene igual o aumenta en la mayoría de los casos, sobre todo entre las que son más jóvenes. Esta idea contradice, igualmente, la afirmación popular.


Quienes se masturban se aíslan socialmente
El psiquiatra Jesús Ramos niega este supuesto, concluyendo que la masturbación no produce aislamiento, habiéndose comprobado que la mayoría de los seres humanos se masturban y tienen relaciones sexuales con normalidad.
Otras fuentes explican que en las personas aisladas que no saben relacionarse con los demás se desarrolla la masturbación como forma de satisfacción sexual al no tener la oportunidad de desarrollar la actividad sexual que apetece compartir con otras personas, al no ser capaces de relacionarse con esas personas.
 
 
 Adicción a la Masturbación — Efectos Físicos
 
Como ya lo habíamos mencionado, el “estímulo” de la adicción a la masturbación, proviene de la generación de químicos que son liberados dentro del cerebro durante el orgasmo. Cuando el cerebro comienza a necesitar este “estímulo”, el adicto se entrena para llegar al clímax más rápido y más a menudo. Además, el adicto se acostumbra a las sensaciones de la masturbación, en ocasiones al punto de que la actividad sexual “normal” no es satisfactoria.
 
 
 
La vida sexual es inherente a las personas, es decir, no podemos vivir sin esta parte de nuestra naturaleza y la masturbación nos ofrece una forma sin riesgos y segura de satisfacer el deseo sexual. No hay riesgo de adquirir una enfermedad de transmisión sexual ni existe el riesgo de embarazo.
El masturbarse tampoco significa erradicar la actividad sexual en pareja o evitarla, más bien es una excelente práctica que puede mejorar la vida sexual compartida, ya que al estar en contacto con tus propias respuestas sexuales podrás comunicarle a tu compañero/a tus necesidades y gustos, por lo tanto la intimidad suele resultar más satisfactoria.


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